Guerra
Sangrabas entre el trigo que plantaste
manaba de tu boca un jugo vivo
mirabas hacia un cielo cruel y esquivo
buscando al frágil dios al que rezaste.
Evocas el amor al que abrazaste
el dulce olor a besos de tus hijos
las noches de lechuzas y de olivos
los días de jazmín que respiraste.
No sientes el latido de la brisa
ni escuchas el lamento de las balas;
estás atado al eco de una risa.
No entiendes el sonido de las alas
que vibra por encima de las bombas.
Te aferras a la vida que regalas.
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2 comentarios:
Me gusta mucho, creo que esta mujer va a llegar a escribir grandes cosas.
Me encanta, espero poder leer mas cosas de Beatriz Sanchez.
ego
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